Miércoles 14 de Mayo de 2025

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13 de mayo de 2025

Habitar lo invisible: lo que no se ve, pero se siente

Por Yanina Alonso, Terapeuta Holística, terapista ocupacional, reikista, tarotista, profesora de Yoga Integral

¿Qué es la energía?

La energía no es solo un concepto espiritual: es la base de todo. Desde la física cuántica sabemos que todo vibra. Todo lo que existe —nuestros cuerpos, las plantas, los pensamientos, las emociones— está hecho de energía en constante movimiento.

¿Lo que sentimos también vibra?

Sí. Cada pensamiento, emoción o palabra tiene una vibración. Y eso no se queda solo en nosotros: se expande, nos conecta o nos aleja, atrae o bloquea. Por eso es tan importante observar qué sembramos en nosotros mismos. Como es adentro, es afuera.

¿Y cómo lo notamos?

Lo notamos cuando un lugar nos transmite paz o, por el contrario, nos resulta incómodo, a veces sin entender del todo por qué. Después de compartir un tiempo con alguien nos podemos sentir cansados, agotados, o al contrario, llenos de energía y luz. Aunque la energía no se puede ver, es algo que se siente. Está presente en todo lo que nos rodea y todo nos impacta.

¿Y cómo podemos cuidar y trabajar con nuestra energía, hay que protegerla?

Protegerla no se trata solo de mantener una barrera; es también aprender a habitarse a uno mismo. Es respirar profundamente, elegir palabras con conciencia, y pausar antes de actuar. Se trata de limpiar nuestro entorno, nuestro cuerpo y nuestras relaciones. Rodearnos de lo que nos nutre es esencial. Y, sobre todo, es importante ser responsables de lo que emitimos.

¿Y por qué es tan relevante tener esto en cuenta?

 Porque cada acción deja una marca. Cada pequeño gesto resuena en una frecuencia que afecta a todos. Cuando estamos desconectados de nuestra energía, la vida puede sentirse pesada, repetitiva y vacía. Pero cuando tomamos conciencia, la magia ocurre: las cosas cambian, lo invisible se organiza y lo interno se alinea con lo externo.

¿Qué nos aportan conceptos de la física cuántica a esta comprensión?

La física cuántica nos enseña que el observador puede influir en la realidad. Es decir, nuestras percepciones y nuestras intenciones poseen poder. No hay separación; formamos parte de un todo vibrante. Nuestros pensamientos, emociones y creencias afectan ese campo invisible que compartimos

¿Y qué hay de lo más sutil, lo esotérico?

Prácticas como el Reiki, el tarot y el yoga nos invitan a ver más allá de lo evidente. A confiar en lo que es invisible, en lo simbólico, en lo que no podemos medir con instrumentos, pero que sí sentimos con el alma. “Como es arriba, es abajo”, dice la sabiduría antigua. Y también: “como es adentro, es afuera”. Lo que no resolvemos dentro de nosotros, lo repetimos en el exterior.

¿Cómo podemos vivir de manera más energética y coherente?

Recordando que no hay ninguna acción neutral. Cada palabra puede ser un abrazo o una herida. Practicar la gratitud eleva nuestra vibración, y mirar con amor transforma la realidad. Lo que siembras, regresa. Lo que no se ve también tiene su peso. La coherencia, que es el equilibrio entre lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos, es la forma más honesta de vibrar alto.

Y para cerrar, un mensaje:

Todo tiene energía. Tu hogar, tus manos, tus decisiones. Cada 'gracias' dicho desde el corazón, cada 'lo siento' que cura, cada 'sí' que surge genuinamente. Somos energía en movimiento. Funcionamos como puentes entre lo que está arriba y lo que está abajo, entre lo que sucede dentro y lo que se refleja fuera. Vivir conscientemente es honrar ese puente. Y la gratitud… es la llave que abre todas las puertas invisibles.

Gracias por leer con el alma. 

@yanis_alonso

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